A BUEN RITMO PLATAFORMA K

. Con ventas potenciales generadas por 1.6 millones de dólares concluyó el primer día de la Plataforma de Negocios
· La propuesta “atrapa sueños” de la diseñadora barranquillera Francesca Miranda abrió las pasarelas de PK

Barranquilla D.E.I.P., 24 de marzo de 2011. Más de 80 compradores nacionales e internacionales cumplen sus citas de negocios con los empresarios y diseñadores que exponen sus nuevas colecciones en la Plataforma de Negocios de PK que se desarrolla desde ayer en el Country Club de Barranquilla y que en su primera jornada generó ventas potenciales por 1.6 millones de dólares.

Gracias a la alianza entre la Cámara de Comercio de Barranquilla y Proexport, se logró traer una misión de 30 compradores internacionales de México, Panamá, República Dominicana, Costa Rica, Guatemala, Perú, Chile, Venezuela, Italia y Estados Unidos. Mientras que los nacionales, en su gran mayoría propietarios de boutiques, provienen de diferentes regiones del País, desde Arauca hasta la Guajira.

Vestuario femenino, masculino, infantil, vestidos de baño, ropa interior, accesorios y joyería conforman la oferta de productos, pero sin duda, el peso más fuerte se lo llevan las prendas femeninas con alto valor agregado en diseño y manufactura, segmento al cual le apuntan especialmente los compradores internacionales.

La jornada de negocios continuará hasta el viernes 25 de marzo con showrooms y recorridos programados para que los compradores tengan un acercamiento directo con la oferta de los diseñadores.


Una pasarela de sueños
Así como los sueños se construyen a partir de restos diurnos, recuerdos, vivencias y deseos que se unen en la mente y se articulan como una sola cosa, Francesca Miranda utilizó diferentes telas, texturas y estampados para despertar y “atrapar” los sueños de los asistentes a la pasarela inaugural de Plataforma K.

En total fueron 47 piezas únicas de una belleza insospechada, donde el protagonista fue el símbolo como figura retórica. En su nueva colección, la artista recreó todo un espacio soñador de deseo con una paleta de colores que pasa por diferentes gamas de verdes, azules y marrones oscuros, con reflejos índigos y dorados que ayudan a plasmar la profundidad y la inmensidad de lo onírico.